Cuando pensamos en una habitación infantil, en seguida se nos viene a la cabeza espacios llenos de color o en tonos neutros y pastel. Sin embargo el decorar una habitación infantil en blanco y negro puede dar un resultado sorprendente si utilizamos estos dos colores complementándolos entre sí, utilizando el blanco como base y el negro en su justa medida en elementos gráficos como vinílos, papel pintado, en la ropa de cama y en algún que otro detalle, consiguiendo así un espacio de lo más acogedor.
Para suavizar esta combinación podemos añadirle pinceladas de color en los detalles y jugar con diferentes texturas como la madera en el mobiliario o en elementos decorativos y las fibras naturales en los cojines, mantas... para conseguir una estética limpia, funcional, de formas puras y con un estilo nórdico dónde cada detalle añade originalidad al espacio.
Aquí van algunos ejemplos de habitaciones decoradas en estos dos colores opuestos, a ver que os parece. Si os gusta esta combinación, al final del post os he dejado una selección de productos para conseguir una estética parecida.
¡Gracias por pasaros y hasta la próxima!
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